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    Entrevista a la licenciada Patricia Olamendi Torres, Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
 




1.- Sabemos que México es miembro de la mayoría de los instrumentos internacionales y regionales en materia ambiental, ¿hasta la fecha de cuántos tratados o convenios somos miembros y cuántos y cuáles están en proceso de suscripción?

México ha suscrito y ratificado alrededor de cien instrumentos de corte ambiental, tanto bilateral como multilateral. La temática de los mismos cubre prácticamente todas las facetas de la protección del medio ambiente y el manejo y uso de los recursos naturales, tales como flora y fauna silvestres, mamíferos marinos, contaminación marina, desechos peligrosos y radioactivos, contaminación atmosférica, desertificación y cambio climático, biodiversidad y bioseguridad.

La ratificación más reciente se realizó el 14 de enero de 2005, fecha en que el gobierno de México depositó el instrumento de ratificación de la “Convención para el Fortalecimiento de la Comisión Interamericana del Atún Tropical, establecida por la Convención de 1949 entre los Estados Unidos de América y la República de Costa Rica”, también conocida como “Convención de Antigua”. Respecto a los instrumentos en negociación quisiera destacar los trabajos que actualmente se realizan en Ginebra para negociar un instrumento que suceda al “Convenio Internacional de las Maderas Tropicales”, en el cual México participa en su carácter de productor de este tipo de maderas.

Finalmente, quisiera referirme a los tres pilares, interdependientes e indivisibles, del desarrollo sostenible: los aspectos económicos, ambientales y sociales. El estrecho vínculo que los une permite extender, de manera amplia, el alcance de las disposiciones ambientales a otras esferas, como la protección del consumidor, las regulaciones laborales y sanitarias, la competencia económica, el comercio exterior, la responsabilidad penal y civil, etc.

2.- Johannesburgo 2002, frente a Río 1992 e incluso frente a Estocolmo 1972, ha sido criticada como la Cumbre con menos resultados. ¿Qué opina al respecto?

Desde luego la Cumbre de Río de 1992 constituye un referente obligado en la historia del debate internacional sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible, por la aprobación de documentos fundamentales como la Agenda 21, así como principios y convenios internacionales cuya universalidad y cumplimiento son primordiales para la conservación del medio ambiente.

Lo anterior no puede descalificar los aportes que ofreció la Cumbre de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible, en el sentido de ratificar los compromisos de la Agenda 21, la Declaración del Río y las Metas de Desarrollo del Milenio, y reconocer la necesidad de una acción urgente y efectiva dado que el avance en su cumplimiento no ha sido el esperado.

Asimismo, Johannesburgo estableció metas adicionales en materia de saneamiento, uso de productos químicos y acceso de alternativas seguras para los países en desarrollo a los productos que dañan la capa de ozono. Otro elemento importante fue el anuncio de diversas asociaciones para promover proyectos de desarrollo sostenible algunas entre países y regiones con la participación de organismos internacionales, del sector público y privado y de organizaciones no gubernamentales.

De este modo, si bien Johannesburgo no generó instrumentos vinculantes como Río o Estocolmo, su efecto en la construcción de una conciencia global sobre la necesidad de preservar el ambiente al tiempo de generar un desarrollo sostenible le ponen a la par en importancia y trascendencia.

Cabe recordar que el 23 de marzo de 2004 se llevó a cabo en la Cancillería una reunión de seguimiento de las acciones nacionales realizadas para dar cumplimiento a los compromisos adoptados en la Cumbre de Johannesburgo. De este modo, representantes gubernamentales y de la sociedad civil analizaron el avance, por parte de México, y propusieron acciones para asegurar su cumplimiento. Es importante resaltar que este ejercicio de rendición de cuentas es, hasta donde se conoce, el primero en su tipo organizado en algún país del mundo.

3.- La suscripción del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte, paralelo al TLCAN, ha sido considerado un éxito. ¿Vislumbra la suscripción de algún instrumento similar en el marco del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas?

Las circunstancias de negociación de estos tratados son diferentes entre sí y este es un factor determinante para referirme a su pregunta.

Durante el proceso que llevó a la firma del TLCAN prevaleció una visión generalizada y coincidente entre las tres Partes sobre la necesidad de políticas convergentes en materias de interés común. En el caso del medio ambiente, se discutieron los posibles impactos negativos que el aumento del comercio y las inversiones podría significar; así como los mecanismos para evitar eventuales efectos dañinos. Este contexto hizo posible la suscripción del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte.

La situación sería diferente en el caso de una eventual firma del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, toda vez que es visible la ausencia de posiciones coincidentes entre los Estados involucrados. Ello significa que las discusiones se centrarán en aspectos básicos de comercio e inversiones, a fin de que el Acuerdo tenga incluso posibilidades reales de concretarse. De esta manera, es de esperarse que a los temas paralelos, como el medio ambiente o el laboral, se les preste una menor atención. Ello no implica que su importancia se desmerezca, sino que su discusión puede ser más fructífera una vez que se definan los términos del comercio y las inversiones.

4.- ¿Qué tanto vale la pena insistir en el componente ambiental frente a los instrumentos comerciales internacionales? Bien es sabido que toda actividad humana genera impactos sobre el medio ambiente y que el comercio internacional no es la excepción. Incluso se menciona que esta faceta de la globalización tiende a exacerbar tales impactos. No obstante, el propio concepto de desarrollo sostenible implica un equilibrio entre las actividades económicas y la protección del medio ambiente, procurando que las políticas económicas y ecológicas se complementen y refuercen mutuamente, lo cual se detalla en el capítulo octavo de la Agenda 21.

Sin un componente ambiental en las modalidades económicas y comerciales, se corre el riesgo de agotar irresponsablemente en el corto plazo los recursos que permiten la vida de comunidades y naciones enteras.

En este contexto, el derecho internacional ambiental norma aquellos fenómenos económicos que tienen efectos sobre el medio ambiente y los recursos naturales compartidos. Ejemplo de ello es la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés). A través de esta Convención no sólo se ha podido evitar la extinción de las especies amenazadas protegidas por este instrumento, sino que incluso se ha llegado regular su comercio de tal manera que al tiempo de ver la recuperación de estas especies, se han generado actividades y beneficios económicos sostenibles para las comunidades locales que, de esta manera, encuentran nuevos incentivos para la conservación del medio ambiente.

La clave es hacer que la inclusión del componente ambiental en los instrumentos comerciales internacionales no inhiba al comercio, sino que genere incentivos positivos para la conservación mediante un aprovechamiento sustentable de la naturaleza. Creo que no es utópico conciliar la preservación del medio ambiente y los recursos naturales con la actividad económica comercial. De hecho, esta sería la clave para la supervivencia misma de la especie humana.

5.- ¿Cuál es la agenda internacional de México en materia ambiental? Los temas ambientales poseen una importancia fundamental para la política exterior de México. Es el caso de la enorme diversidad de temas que se atienden en la Subsecretaría a mi cargo, los cuales podemos dividirlos, de manera enunciativa y no limitativa, en las siguientes categorías:

• Agenda Verde.- Convenio sobre la Diversidad Biológica, Grupo de Países Megadiversos Afines, Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad de la Biotecnología, Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres, Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas (Ramsar).

• Agenda Azul.- Comisión Interamericana del Atún Tropical, Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas, Comisión Ballenera Internacional, Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD).

• Agenda Gris.- Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación, Convenio de Rótterdam sobre el Procedimiento del Consentimiento Fundamentado Previo a ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos objeto del Comercio Internacional, Convenio de Estocolmo sobre ciertos Contaminantes Orgánicos Persistentes, Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, Foro Intergubernamental sobre la Seguridad Química, Enfoque Estratégico sobre la Gestión de Sustancias Químicas.

• Cambio Climático.- Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Protocolo de Kyoto, Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, Iniciativa de Metano entre México y Estados Unidos.

• Suelos.- Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía Grave o Desertificación, Sistemas de Observación de la Tierra (GEO).

• Organismos.- Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), Comisión sobre Desarrollo Sostenible, Consejo Económico y Social (ECOSOC), Foro Mundial del Agua.

Como puede apreciarse la agenda internacional de México en materia ambiental es sumamente amplia, realizándose un gran esfuerzo para defender los intereses mexicanos en esta materia, a pesar de las limitaciones presupuestales por las que atraviesa la Cancillería y en general de la Administración Pública Federal. Es importante subrayar que esta agenda internacional ha servido de pauta para realizar diversas adecuaciones legales y mejorar prácticas internas, lo cual ha beneficiado a nuestro país de múltiples maneras, entre ellas la actualización de nuestras leyes, reglamentos y políticas públicas.

Finalmente, me gustaría resaltar que la función de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el rubro ambiental consiste en coordinar la posición de México con base en los insumos proporcionados por las dependencias encargadas por ley de estos asuntos, como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; la Secretaría de Salud, la Secretaría de Energía y la Secretaría de Economía, entre las más relevantes.

6.- ¿Existe alguna propuesta de México en dicha agenda?

Por supuesto, nuestro país participa activamente en diversas iniciativas en esta materia. Así, en julio de 2004 organizamos un Taller Regional sobre Gobernabilidad Ambiental en la Ciudad de México en cuyo seno representantes de América Latina y el Caribe discutieron diversas opciones para impulsar la armonización y coherencia de los acuerdos ambientales multilaterales, a efecto de aprovechar sus recursos y capacidades científicas de la mejor manera posible.

Otro ejemplo radica en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica, en particular en su Séptima Conferencia de las Partes, celebrada en Kuala Lumpur, Malasia, del 9 al 20 de febrero de 2004. En esa oportunidad el Grupo de Países Megadiversos Afines, conformado a instancias de México en 2002, logró la creación de un grupo de discusión que actualmente debate el establecimiento de un régimen internacional para impulsar la distribución justa y equitativa de los beneficios resultantes de la utilización de los recursos genéticos para los países centros de origen.

Asimismo, se ha consolidado la posición mexicana en materia de bosques, consistente en promover un instrumento jurídicamente vinculante sobre el tema y establecer un Fondo Forestal Mundial, para lo cual se convocó en Zapopan, Jalisco, del 25 al 28 de enero de 2005, a una reunión internacional en conjunto con los Estados Unidos. En esa oportunidad expertos de setenta países discutieron las opciones para fortalecer la regulación forestal global y los medios para alcanzar tal objetivo. En el Quinto Período de Sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques, a celebrarse del 16 al 27 de mayo en Nueva York, las conclusiones de dicha reunión serán presentadas como un insumo fundamental para la consideración de los Estados participantes.

Quisiera finalizar recordando que en los últimos veinte años el número de acuerdos ambientales multilaterales se ha incrementado sustancialmente, lo cual implica numerosos compromisos para los países, incluyendo obligaciones financieras. Además, los numerosos mandatos de los acuerdos -algunas veces contradictorios entre sí- han generado una enorme dificultad en los países para atenderlos de manera adecuada.

Ante esta problemática, México ha pugnado en diversos foros por ampliar el perfil de los temas ambientales en la agenda de desarrollo, a través del fortalecimiento de las capacidades institucionales, tanto a nivel global, regional y nacional, como mediante la participación efectiva de todos los actores involucrados, resaltando la importancia de contar con fondos apropiados, estables y previsibles.

7.- ¿Cómo se vislumbra en el espectro internacional, el derecho a un ambiente adecuado, frente a la gama de los derechos humanos?

El derecho a un medio ambiente adecuado es considerado como uno de los derechos humanos de “tercera generación”, ya que el planteamiento que liga el deterioro del medio ambiente a la violación de derechos humanos es una perspectiva joven y en un estado de desarrollo temprano, misma que la comunidad internacional ha adoptado con considerable retraso.

En la Conferencia de Río, además tratar de establecer una alianza mundial más equitativa y solidaria, se reconoció explícitamente “una posible relación entre el ambiente y los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo”. Aunque aquél enfoque quedó incompleto, fue un primer paso. En ese contexto, en diciembre de 1992 se creó la Comisión para el Desarrollo Sostenible, para dar seguimiento a las acciones locales, nacionales, regionales e internacionales propuestas por la Conferencia.

En tal virtud, reconociendo la urgencia e importancia de profundizar el vínculo entre derechos humanos y medio ambiente, y complementar agendas entre diferentes instituciones de Naciones Unidas especializadas en ambas temáticas, la ONU creó en 1995, en el marco de la Comisión de Derechos Humanos, una Relatoría Especial sobre los Efectos Nocivos para el Goce de los Derechos Humanos del Traslado y Vertimiento Ilícitos de Productos y Desechos Tóxicos y Peligrosos.

La Relatora, Sra. Fatma Zohra Ksentini, ha presentado importantes informes, en los que ofrece un marco teórico y temático para la vinculación de los campos de derechos humanos y medio ambiente. En esos informes se reconoce ampliamente la interdependencia entre ambas materias. Por ejemplo, el derecho de igualdad ante la ley es afectado por la manera desproporcionada en que ciertos sectores de la población soportan la carga ambiental, es decir la discriminación ambiental; el derecho al trabajo es afectado por las condiciones ambientales del ámbito laboral; el derecho a la salud y vivienda adecuada es afectado por la degradación ambiental, etc.

Como puede observar, la degradación ambiental afecta el goce efectivo de todos los derechos humanos fundamentales e intensifica los problemas que afectan a los países más pobres y a los sectores sociales más vulnerables.

8.- Hace unas semanas se llevó a cabo la Conferencia de las Partes en el marco del Protocolo de Kioto, ¿cuál fue la posición de México y que acuerdos se alcanzaron?

En efecto, en diciembre de 2004 se celebró la Décima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 10), en Buenos Aires, Argentina.

Como es sabido, la Convención y su Protocolo de Kyoto tienen por objeto estabilizar y disminuir las emisiones de gases efecto invernadero. De manera específica, el Protocolo de Kyoto establece como meta disminuir globalmente el 5.2% de los niveles de dichos gases de 1990 para el período 2008-2012. Cabe destacar que nuestro país no está obligado a reducir sus emisiones en virtud de que, conforme a la Convención, pertenece a los países No Anexo I, o países en desarrollo.

Nuestro compromiso es elaborar y presentar comunicaciones nacionales que incluyan inventarios de gases efecto invernadero. A la fecha, México ha presentado dos comunicaciones nacionales y ha iniciado la elaboración de la tercera, lo cual lo ubica a la vanguardia de los países en desarrollo, al cumplir con sus compromisos en tiempo y forma.

En este sentido, aún antes de que entrara en vigor el Protocolo de Kyoto, México ya cumplía con sus compromisos en este rubro, al reportar sus inventarios de gases y establecer, el 23 de enero de 2004, una oficina para el Mecanismo de Desarrollo Limpio, denominada: “Comité Mexicano para Proyectos de Reducción de Emisiones y Captura de Gases de Efecto Invernadero”, mediante la cual se impulsa el desarrollo en nuestro país de proyectos de captura de carbono, ya sea de naturaleza forestal o energética, financiados por países desarrollados. A la fecha, México ha firmado instrumentos para reducción de emisiones con Austria, Canadá, España, Francia, Italia, Países Bajos, así como con el Banco Japonés de Cooperación Internacional.

En este contexto, la Delegación Mexicana que participó en la COP 10, integrada por representantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la Secretaría de Energía y de esta Cancillería, apoyó resoluciones en materia de mitigación y adaptación al cambio climático, la creación de un Programa de Trabajo sobre Adaptación y el establecimiento de un Seminario de Expertos cuyo fin es auxiliar a los gobiernos en el cumplimiento de sus obligaciones.

Cabe resaltar que el Ing. Alberto Cárdenas Jiménez, Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y en su calidad de Jefe de la Delegación de México, participó en el Segundo Panel del Segmento de Alto Nivel, titulado “Impactos del Cambio Climático, medidas de adaptación y desarrollo sostenible”, con sus homólogos de Bangladesh, Hungría, Reino Unido, Senegal y Tuvalu, con quienes coincidió en la urgencia de promover el mayor número de proyectos posibles que coadyuven a mitigar el volumen de gases efecto invernadero.

Por otra parte, quisiera comentarle que existen diversos grupos de negociación en el marco del cambio climático. En el caso de México, nosotros participamos en el Grupo de Integridad Ambiental que se conforma además por países como Suiza, Corea, Liechtenstein y Mónaco. Con estos países compartimos posiciones en materia de mitigación y adaptación con la ventaja de que, al no pertenecer a los grupos de negociación más grandes, contamos con mayor flexibilidad y capacidad de cabildeo.

Pero nuestras acciones no sólo se limitan a colaborar con países Parte del Protocolo, también colaboramos activamente con países que no lo son. En este último caso destaca la fructífera cooperación que se mantiene con Estados Unidos, quien a través de diversas iniciativas, entre ellas la denominada “Introducción del Metano a Mercados”, realiza aportaciones destacadas en este ámbito.

9.- En el 2006 se celebrará en México el Foro Mundial del Agua, ¿Hasta ahora, hay alguna propuesta del Gobierno de México en la materia?

Desde luego, México como sede del IV Foro Mundial del Agua, juega un papel muy importante en la organización, la elaboración del formato que seguirá dicho Foro y sus resultados. Se trata del evento principal del Consejo Mundial del Agua, organización no gubernamental y no lucrativa, conformado por representantes de los sectores públicos y privados de más de 50 países, organizaciones no gubernamentales, instituciones financieras, asociaciones profesionales y académicas y agencias del Sistema de las Naciones Unidas. Asimismo, es de resaltar que este Foro, no gubernamental, se ha constituido en el evento internacional más importante para promover políticas sustentables en el manejo del agua.

El IV Foro Mundial del Agua está orientado a las acciones locales para enfrentar los retos globales, impulsando la participación de múltiples actores para avanzar en la solución de los problemas del agua. Se desarrollarán varias actividades como un foro temático, una feria y una exposición, así como un segmento ministerial.

El Gobierno de México, con la participación conjunta de la Comisión Nacional del Agua, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y esta Cancillería, buscará reafirmar los compromisos adquiridos en materia de agua en foros internacionales, validar proyectos y acciones que en este ámbito se estén llevando a cabo, y en los que estén involucrados actores no gubernamentales, gobiernos locales y nacionales, agencias y organismos internacionales.

En este punto quisiera volver a referirme a su segunda pregunta relativa a la Cumbre de Johannesburgo y en particular a las asociaciones estratégicas entre los sectores público, social y privado, las cuales consideramos que tendrán un carácter invaluable para fortalecer las actividades vinculadas al Foro Mundial del Agua.

10.- Distinguida Subsecretaria, muchas gracias por su tiempo y por esta entrevista, ¿hay algo que quiera usted agregar? Sólo agradecer a usted y al Centro de Estudios Jurídicos y Ambientales la oportunidad de dirigirme a los lectores de esta prestigiada publicación.

Muchas gracias.




 
   
 
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