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Premio por su lucha ecológica

24/01/2008

Omar Masera Cerutti, del Cieco, fue uno de los 10 científicos de la UNAM que obtuvieron el Nobel de la Paz como integrantes del IPCC



El Universal
Jueves 24 de enero de 2008

Un fantasma recorre (y afecta) el mundo: el fantasma del cambio climático... En la actualidad, este fenómeno, originado directa o indirectamente por las actividades humanas, pone en riesgo la continuidad de la vida en la Tierra. Nada más y nada menos.

Los miembros del Comité Nobel noruego lo saben muy bien.

De ahí que hayan otorgado el Premio Nobel de la Paz 2007 al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) y a Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, por sus esfuerzos para construir y difundir el conocimiento sobre el cambio climático, y por establecer los fundamentos para tomar las medidas necesarias que permitan contrarrestarlo.

Semanas después de ser anunciado este premio, el doctor Omar Masera Cerutti, investigador del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (Cieco), campus Morelia, fue elegido para integrar la comitiva internacional que habría de asistir a la entrega de aquél en Oslo, Noruega.

Así, el pasado 10 de diciembre, Masera Cerutti y otros 24 expertos de distintos países acompañaron al indio Rajendra Pachauri, presidente del IPCC, y a Al Gore a recibir dicho galardón.

Al respecto, el investigador universitario dice: “En las últimas semanas de 2007 se puso mucha atención en los investigadores que participamos en el cuarto Informe de Evaluación del IPCC. Pero es muy importante aclarar que el Premio Nobel de la Paz fue un reconocimiento al trabajo histórico y de conjunto que ha llevado a cabo el IPCC desde su creación en 1988”.

Orgullo

Pocos países en desarrollo cuentan con tantos autores en un reporte de evaluación del IPCC como México.

“En realidad, es un reconocimiento a las contribuciones de México a la ciencia mundial en materia de cambio climático. Sin embargo, creo que se puede hacer todavía más, y para el siguiente informe podemos mejorar nuestra participación. En el caso específico de la UNAM, debemos sentir orgullo de que hayan participado 10 investigadores. El hecho de que nos confiaran varios capítulos para coordinarlos significa que reconocen nuestras contribuciones. Estoy seguro de que muy pocas universidades del mundo tienen 10 expertos en el IPCC”, dice Masera Cerutti.

Los investigadores mexicanos que participaron en el cuarto Informe de Evaluación del IPCC están distribuidos en los tres grupos de trabajo en que se divide éste.

En el primero, que evalúa los aspectos científicos del sistema climático y del cambio climático, estuvieron los doctores Víctor Magaña y Graciela Raga, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, así como Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995.

En el segundo, que evalúa la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales ante el cambio climático, las consecuencias negativas y positivas de éste y las posibilidades de adaptación a él, colaboraron los doctores Carlos Gay García, director del CCA; Francisco Estrada Porrúa, secretario técnico del CCA; Cecilia Conde, del CCA; Ana Rosa Moreno, de la Facultad de Medicina, y Blanca Jiménez, del Instituto de Ingeniería; así como Edmundo de Alba Alcaraz, vicepresidente del mencionado grupo II del IPCC; Patricia Romero-Lankao, de la Universidad Autónoma Metropolitana, y Ricardo Zapata Martí, de la Comisión Económica para América Latina.

En el tercero, que evalúa las posibilidades de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y de atenuar los efectos del cambio climático, participaron los doctores Masera Cerutti, quien coordinó el capítulo forestal, y Carlos Anaya, del Cieco, y Claudia Sheinbaum, del Instituto de Ingeniería; así como Jorge Gasca, del Instituto Mexicano del Petróleo, y Antonina Ivanova, de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

Estados Unidos

Hasta antes de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU, efectuada del 3 al 15 de diciembre del año pasado en la isla de Bali, Indonesia, sólo dos países industrializados no habían ratificado el Protocolo de Kioto: Estados Unidos y Australia. El mismo 3 de diciembre, sin embargo, el nuevo primer ministro australiano firmó su ratificación, con lo cual Estados Unidos es hoy el único país industrializado en negarse a hacerlo.

Durante dicha conferencia se dio a conocer el estudio Taking Responsibility: Why the United States Must Lead the World in Reducing Global Warming Pollution, del National Environmental Trust (NET), una organización ecologista estadounidense.

En ese estudio, el NET publica los resultados de sus análisis de la emisiones de gases de efecto invernadero de cada estado de su país, los compara con las de los países en desarrollo y de muchos países industrializados, y subraya la necesidad moral de Estados Unidos de asumir el liderazgo en los actuales esfuerzos por dar forma a un nuevo tratado global sobre el clima post Kioto.

Según el mencionado documento, Estados Unidos es responsable de 27.8% de la contaminación causante del calentamiento global, en tanto que todos los países en desarrollo son responsables de 23%. Dice también que 42 estados de ese país emiten más gases de efecto invernadero que 100 países en desarrollo.

En relación con esto, Texas produce más dióxido de carbono que el Reino Unido, cuya población es tres veces la texana; además, California, emite más que Brasil, cuya población es cinco veces la californiana, y Wyoming, el estado con menos población de EU (510 mil habitantes), produce más que 69 países pobres.

Aunque el gobierno estadounidense rechaza firmar cualquier compromiso para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, muchos gobiernos estatales están poniendo las bases para una política nacional tendiente a reducirlas.

México

“México produce cerca de 2% de la contaminación mundial -señala Masera Cerutti-, por lo que ocupa el lugar 14 de los países más contaminantes. Nuestra principal contaminación es la producida por la quema de petróleo, de los hidrocarburos.”

De este modo, aproximadamente 70% de los gases de efecto invernadero provienen del sector energético y 30% del agrícola y forestal (se debe recordar que México es uno de los países que más deforesta sus bosques; además, tiene un patrón agrícola que utiliza mucho los fertilizantes y agroquímicos y cuenta con una enorme cantidad de ganado, que también produce emisiones de metano, todo lo cual se considera un problema ecológico).

“Aquí, por ejemplo, en el Laboratorio de Bioenergía del Cieco, estamos estudiando alternativas para manejar sustentablemente nuestros bosques y para generar energía limpia por medio de la bioenergía. Con esto mejoramos la calidad de vida de los pobladores locales y a la vez reducimos la contaminación que causa el cambio climático”, finaliza el experto universitario. (Leonardo Huerta Mendoza)




 
   
 
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